domingo, 1 de diciembre de 2013

Propuesta BIC

La siguiente práctica se basa en proponer lo que uno considere que debe reconocerse como BIC, dentro de las pautas y normas a cumplimentar. 

Mi propuesta en este caso serán Los Hornos de Cal de Fuerteventura.  Por su riqueza Histórica a lo largo de tres siglos, siendo las islas  un punto estratégico para el comercio triangular (Europa-África-América), donde estos tres continentes entablaron una fuerte relación, intercambiando productos para el beneficio de cada uno. Por ello los grande navíos, vivieron sus años dorados con este intenso comercio, transportando personas, materias primas, metales preciosos, productos tanto de embarcación, como de intercambio. Estos necesitaban un enclave donde poder prepararse para la salida hacia las Américas coloniales o en cierta medida y en los últimos momentos del siglo XV a África. 


Atendiendo al lo dispuesto en la Ley territorial 4/1999, del 15 de marzo, de Patrimonio Histórico en Canarias. y al Articulo 18.1 de esta Ley 

definimos la categoría de Conjunto Histórico como aquella agrupación de bienes inmuebles que forman una unidad de asentamiento de carácter urbano o rural, continua o dispersa, o núcleo individualizado de inmuebles condicionados por una estructura física representativa de la evolución de una comunidad humana por ser testimonio de su cultura o constituir un valor de uso y disfrute para la colectividad. 

Valor y Contexto Histórico del Patrimonio Arqueológico industrial de la isla de Fuerteventura (Los Hornos de cal). 

En la isla de Fuerteventura encontramos un conglomerado de Hornos de Cal que recorren las calas costeras de la isla. Calas habilitadas geográficamente como abrigos para la protección de los barcos.  Existe un total de ciento cuarenta y nueve hornos destacados por toda la isla. 

Estos embarcaderos controlados por la administración política y militar de la isla, atracaban sobre todo en la zona norte, como por ejemplo en Caleta de Fuste y al Oeste de La Peña. Pero cabe destacar que aun podemos observar los restos de estas edificaciones muebles en lugares como Ajuy, los Estancos, Parque Holandés, La Torre, La Guirra, La Hondurilla y sobre todo en el centro que hoy se reconoce como Puerto del Rosario. 
La producción de cal de Fuerteventura a partir de los siglos XVI, XVII y XVIII llegando a mediados del XX, palió en buena parte la crisis económica que siempre acentuó a la seca isla majorera. Estos hornos demandaban una buena mano de obra constante, al no depender de la producción agraria (siempre temerosa por la climatología majorera). Se considera la producción de cal la actividad industrial más rica en la isla. Estará vigilada por los ayuntamientos que otorgaban las licencias para la quema del caliche, evitando en todo momento la privatización de esta industria calera; cobrará impuestos en las entradas y salidas de los barcos siendo una fuente rica de ingresos. Solamente en la jurisdicción de Betancuria podemos documentar una única privatización de hornos.


La riqueza geológica de la isla al ser rica en abundancia de carbonato cálcico en sus suelos, llevó a la consecuencia primordial de la constitución de una fuerte industria de extracción y transformación del caliche. La decadencia de esta explotación y comercio, comenzó a decaer a partir de los años 1940-1960 con la proliferación de otros materiales a base de cementos, más útiles para la construcción quedándose reducida a ámbitos de higiene.

"caliche"
El proceso de elaboración de la cal parte de la carga de los hornos a partir de aulagas; planta abundante en Fuerteventura por su aspecto seco, rocoso; el horno lleno de combustible que es la aulaga y del caliche, se procede a cerrar el horno, para que la combustión se realice paulatinamente en varios días con la temperatura adecuada. Para que la quema y nutrición de aulagas se realice de forma adecuada en el paso de los días, necesita la vigía constante de los caleros, encontrando en consecuencia la construcción de casas y hogares junto a estos Hornos donde habitan estos productores.  Una vez completada la quema se realiza la apertura del Horno y extracción de la cal.  También presenciamos piedras de cal y yesos embarcados en los barcos que se encargaban del cabotaje interinsular. Si la quema se realizaba el 24 horas la cal es de tipo cuchara y si se daba en 48 horas es de tipo albeo. 

El principal fin de esta cal es la distribución entre los ganaderos y agricultores, que rocían sus granjas, establos y vivienda con cal para procesos de desinfección, también usada para blanquear, para la construcción de viviendas, y para la depuración del agua de lluvia. 


Encontraremos una gran diversidad de Hornos en la isla que perviven en el tiempo; los vemos de uso local para el ámbito familiar con la construcción de pequeñas viviendas, o de tipo industrial para la consecuente exportación. Esta última prolifera a partir de los años 1940-1950 en todo el litoral, exportándose hacia las islas mayores de Gran Canaria y Tenerife. Siendo esta etapa recordada como la “carga blanca” por ser la cal y sus derivados el pilar de exportación majorera.
Tal fue su competencia, que el ámbito económico excitó el político, provocándose el levantamiento de viejas rencillas entre municipios. Luchando por mayores competencias sobre este comercio entre Betancuria y Pájara, por delimitaciones municipales para el aprovechamientos de los hornos de Ajuy. O  los enfrentamientos entre Puerto Cabras y Tuineje por la ampliación del muelle del puerto y el de Gran Tarajal (actualmente dos de los 3 puertos más importantes de la isla). En esta propuesta, quiero centrarme en los abandonados y desconsiderados hornos de cal que recorren las costas litorales de la ciudad Puerto del Rosario. Como ya cité, son una gran barrera de hornos que recorren la isla, pero los únicos bien conservados son los situados en la Guirra, y considerados Bien de Interés Cultural desde 1999, y se quiere dar a entender por ello, que con su nombramiento como BIC, los demás se abandonan y quedan como refugio para sin techos, marginados, y fiestas nocturnas. Llevando a las quejas de vecinos próximos a ellos, por su mal estado, y en vez de luchar por su protección y cuidado, obligan a taparlo, fecharlo e incluso casi llegar a derruir para evitar que sus hijos jueguen y entren en estos hornos, pudiendo contagiarse de enfermedades o posibles accidentes. 


Descripción y delimitación


existen distintos tipos de hornos a lo largos de las costas de Puerto del Rosario, variando también los materiales de su elaboración; variando según sean de carbón o de leña. 


los hornos de leña, 


son más pequeños, siendo muy común reconocerlos por su forma circular, y ubicados en el centro de las ciudades y próximos al muelle. 

los hornos de carbón  

con amplias dimensiones y alturas llegando a alcanzar casi los 10 metros de altura (siendo hoy un castillo o fortaleza como lugar de recreo para los más pequeños), tienen una planta rectangular. 

Parcela de los Hornos de Cal del barrio del Charco, comprendido dentro de la ciudad de Puerto del Rosario. Siendo en mi parecer, los que necesitan la intervención más urgente  y delimitación como BIC. 


de color rojo: es la área de protección necesaria para el BIC.
de color azul: es lo que se pasará a considerar como BIC. 




JUSTIFICACIÓN DE LA DELIMITACIÓN Y ÁREA DE PROTECCIÓN:

He visto necesaria estas delimitaciones para la consecuente protección de los yacimientos y edificaciones que han quedan constantes en el terreno, también el cuidado del entorno ya que sin el los hornos carecen de expresión y significado cultural. (al ser este suelo tan rico en cal el que dio pie a la actividad comercial). 
El área de protección, lo justifico con la necesidad de evitar que se continúe usando el suelo costero como "basurero público", "zona de ocio nocturno", "albergue", "punto de trapicheo", "robos de los ladrillos de los hornos" y  otras actividades que poco a poco van destruyendo el entorno.
 A parte también incido en la eliminación de las edificaciones actuales que están completamente pegadas a los hornos, provocando derrumbamientos de las paredes y consecuente desgaste, y su uso como propiedad privada del "paisano" o  de distintos marginados que pasan por allí en determinadas fechas del año. Esta situación impide el disfrute visual de estos hornos, al verte "incomodo/a" al ver a un grupo de personas durmiendo en él o el observar construcciones en la zona a medio hacer (a partir de bloques de cemento desnudos con carteles de "Se vende"). 
También delimito toda la playa, ya que se debería habilitar un paseo marítimo o ruta que permita un fácil acceso y transito tanto a la playa, como a los hornos, donde su acceso y conocimiento de su situación en la ciudad no se encuentra indicado en ninguna parte en el presente, (tienes que ir hasta el final de la ciudad y aventurarte en caminar la rocosa y violenta costa para llegar a los hornos, y aun cuando estas enfrente de ellos el acceso a estos es imposible debido a la gran cantidad de escombros en su alrededor). 
La carretera de enfrente la hago desaparecer; dejando sin aparcamiento a los vecinos de esa calle; pero de esta forma se impide la bajada de las calles verticales situadas a cada lado de esta. Ya que no es la primera vez que: o bien un conductor de bajada, va a velocidades estrambóticas y termina literalmente "empotrado" en el horno provocando boquetes en el edificio que nunca se arreglan, o al no tener la oportunidad de encontrar aparcamiento en la carretera justo delante de su casa, sin ningún problema aparcan en la costa junto a los hornos donde según palabras de los vecinos estos hornos "otorgan sombra al coche".  
En mi parecer los vecinos no se encontrarían del todo perjudicados con el corte de la carretera, al situarse una calle o dos más arriba un gran parking gratuito y también por la baja cantidad de coches en la isla, habiendo abundancia de aparcamientos próximos a la zona. 
Estas dos carreteras de subida y bajada, deberían convertirse en las vías de entrada y salida al yacimiento con sus correspondientes indicaciones en las distintas entradas a la ciudad por el barrio de los Pozos, por la carretera de Risco Prieto-Antigua, o por la de Corralejo. 
Esta propuesta, daría al semi-marginado barrio del Charco una nueva entrada de turistas y por ello una economía en crecimiento,  donde en la actualidad estos turistas nunca se adentran en esta zona de la ciudad por escasez de información y su mala imagen. 

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